Por inyectar, te he inyectado hasta mi aliento.
Por quererte, te he querido incluso ciervo. Sangres,
de amor, de ti, en mis venas se propulsan -lumbares-,
rasparán espinas, diamantes; mas no los siento.

Ahora, más que nunca,
AMA
Siempre he observado desde las uñas, las rodillas, las falanges de las manos e incluso los hombros. Pero nunca fui tan valiente como para subir a mirar por mis ojos.
AMA
-Monologo de Tiempo conversando con Reloj humano-

-Óculo de tres agujas,
a las doce en punto cambio,
siendo para mi lo mismo,
y en vosotros adelanto.
Un ritmo he sido siempre,
para vosotros amargo,
miráis a las varas y exclamáis,
una vez habeis contado:
¿Cuántos son los días que quedan
desde que murió el llanto,
hasta que escuche el sonido
del eterno pino rectángulo?

Espumoso cerumen de botella,
cándido y cutáneo, que huele,
-lactoso pringue- que el agua muele
con elementos químicos de estrella.
¡Silva cilindro, que horario vuele!
La glicerina de miel amargara,
matutino torrente, sin huella,
cual nieve que escarabajo se traga.
-Negra- 1/4

Punto oval, enhiesto de negros ruedos,
que del yunque y martillo hizo armónico,
la pieza del pentagrama sinfónico
que resbala sutil entre tus dedos.

Fluir de hormigas con ritmo cónico
cuyas patas, los tuétanos de miedos,
cavernosos de la Sierra de Gredos,
donde crecen flores de orden jónico

El hacha de la montaña sin filo
entre las eternas y cansadas ramas,
uno a üno les desguazó el hilo.

Hilo que ató líneas de llamas.
¡Una antena estriada de vinilo!
Burgesa del burgo de pentagramas