Descalza sentías la grava
corriendo a ciegas por ella,
la cuesta de nuestra ciudad,
empinada y morena.
Grácil corre tu estátua
entre siglos que observan
cómo fue tu desgaste y
cómo tú lo asemejas.
Cuando fuimos esos niños
criados entre iglesias,
todo era un universo,
juntos, al margen de éstas.
Tú por siempre quisiste
volar a la gran colmena,
amando nuestra ciudad
sin ser de veras la nuestra.
Una ciudad en la cual estuve
pensando que era desierta,
entendí lo que me decias:
-es histórica y moderna.
Siempre fuiste tan única,
tan delicada y buena
¡que dichosos fueron los que
entendieron lo que piensas!
Cuando fuimos esos niños
criados entre inglesias
todo era un universo,
juntos, al margen de éstas.
A un Camarada.