Páramo

Yo creo que perdí la gracía, perdí la gracia cuando deje de sentir que cada gota de cera fundida que enrojecía el suelo de granito gris de mi ciudad meramente se adhería para ver los pies de la gente al pasar. La perdí, cuando empecé a pensar que la gente no quería ver aquellas manchas de tradición, que simplemente se quejaban por si a un allegado les causaba, en un paseo bajo un paraguas invisible de austeridad, un humillante resbalón. Todo ello constituía un montículo de recuerdos que no podían cruzar la calle si no van acompañados de la mano, todos esos recuerdos fueron vertidos en un páramo, mi páramo solitario.

Caos

Cantaría a la hormiga sabia,
que proletaria y presente
levanta un fuerte en armas
con las hojas de noviembre.
Caminando todas juntas
en la procesión de siempre,
que entre los colosos pinos,
sin haber quién la aprecie,
marcha lenta y goteando
como manantial inexistente,
donde sumergiste un día
tus avenencias de ser, entre
lo que prometía tu meñique
y tu mutis estridente,
deshaciendo por completo
esta procesión en "ese",
primitivo y natural
caos de nuestra especie

Claro















Tu figura es arcilla
que se sentó a mi lado,
te introduzco mi esencia,
sin concebir que eres barro.
¿Por qué amo? Mi visceral
figura del vano intentado.
¡Qué estática señora!
de esta carcel de asfalto
¿Por qué cambiaste las luces
por verdes gigantes prados?
¿Por qué talaste los árboles
que en mi bosque amargo
marchitaban cada flor
y espantaban los pájaros?
Porque tú estás segura
dentro de mi oscuro claro,
centro de mi angosto bosque,
convergencia de mis llantos.