-Mar tallado-

A mi derecha un trazo
de una mina cristalina,
estela en puro rojo
por tu mano que se libra.
Verte atrás e imaginar:
es mi condena cada día,
imaginar que te vuelves
mas tú trazas mi desdicha.
¿Jamás veré los bocetos?
rojos como la herida
que tú, ocaso, al mirarte
en mis ojos esculpías.
Y no existe más vela
que derrita la cera fría
que el desnudo en dorado,
tu gran expresión lumínica.
Babeante, neonata,
cera móvil y continua,
fusionada por tu pelo
¡rojo!, como la brasa viva.

Otra vez viene el boceto
rojo como la mañana,
antes de ponerse el sol,
después de morir el alba.
Grises de ti misma dejas
centellas atrás de lana
hilando en un conjunto
nuestra prenda colorada.

No trazas hoy el nuevo día,
sola te meces mientras lees,
no son rojos los destellos,
fueron ocre en tu crecer.
No susurra el corazón
a la brasa que ocaso fue,
no despierta en tu seno
la rabia propia de mujer.
Llamas al lucero oscuro
que de su llama brota fe,
no pronuncias a la tierra
a preguntar su parecer.
Te has guiado en el camino
que sobre ti, ocaso, es
el pie grande y finito
cuya cabeza no se ve.

2 comentarios:

Repleto de historias que contar dijo...

ya lo había leido
pero creo que le has metido otro parrafico
pues nada
no se que opinion quieres la verdad
pero ya sabes que tus palabras me atontan y me hacen sentir bien
es como si todo estuviera correcto donde esta
nose
besos tu

blo dijo...

como llevas el macrorromance?pinta bien, pero ojo, no t gongorices... :)