-Desamor Platónico-
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Es mi carbonera espalda
una muy larga cadena
de acero rojo henchido
con las espinas que fueran
la vieja puerta de roble
con la manecilla nueva.
Llevo ensombrecido un reloj
con la carcasa azucena,
si son tres finas agujas,
este ya tiene cuarenta.
Porto un hermoso hondo yunke
que con placer a mis vértebras,
me empuja la frente abajo,
a la verísima tierra.
Polvo y arena mis horifícios,
acabo de darme cuenta,
el rojo se desangró,
sin vida cayó en la hierba.
¿Cómo pude pensar que la
niebla en su carne se hiciera,
y besara dulcemente
hacia mi semilla abierta?
Tras tanto, al fin me yergo,
sin femenina correa,
que sin tocarme me ata
al humo blanco de una idea.

1 comentario:

blo dijo...

ay! cual atlas te elevas ante la adversidad. romancero romancero (q fue del megaromance q tenias en mente?)